Cucuruchos de montañas
nevadas estallan por los aires.
Piojos sin zapatillas
incendian lo de Lautaro
quien sale a festejar,
finalmente,
su hecatombre
pirómana con un poema en
los labios y un pucho
en su oreja.
Llora sus hermosas mujeres perdidas
en la humareda.
Besos suspirados lo cachetean,
feliz
recita su hoguera,
él y ella lo escuchan
atónitos,
el poeta ha hecho poema
su realidad.
Arriban los bomberos,
el poeta
se tira a dormir
entre las llamas
abrazado a su Cortazar de peluche.
Lautaro Rocha recitando en La Prosa Mutante @Juan Miguel Idiazabal |
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